¿Tu hija o tu hijo te contesta mal?

Te voy a contar las claves para saber cómo reaccionar ante las malas contestaciones de los niños.

 

 

Las malas contestaciones de los niños

Mi hijo me contesta mal… que hago????

No se si a ti te pasa, que cuando tu hija o tu hijo te contesta mal, de malas formas… 

uffff, que te entra una rabia que para qué.

Las malas contestaciones de nuestros hijos nos asustan, nos molestan, es un reto al que nos enfrentamos con relativa cierta frecuencia… y mantenerse amable en esa situación cuesta, y mucho. 

¿Pero son las malas contestaciones, realmente, un problema?

DEPENDE.

Las malas contestaciones pueden surgir en cualquier momento.

 

Las malas contestaciones pueden surgir en cualquier momento desde que los niños tienen más soltura con el lenguaje (por ejemplo, el NO de un peque de apenas 2 años a voz en grito), el «no me da la gana» de un niño de 6 años, el «paso» de un niño de 9 años, o el pffffffff de un adolescente). 

También hay que tener en cuenta las características de nuestr@ hij@: 

Algunos son más «respondones» desde pequeños​, otros empiezan con 5 o 6 años, y en otros no es más que una racha. 

​​Es decir, que las malas contestaciones pueden estar acompañándonos toda la vida.

¿Qué podemos hacer entonces?

 

Vale, Laura, entonces, SI mi hijo me contesta mal… ¿no hay que hacer nada?.

​No, no es eso. El que sean normales o habituales, no significa que no debamos ayudar a nuestros hijos a expresarse de forma adecuada. 

Pero tal vez, parte del problema puede ser que lo estamos viendo con las gafas equivocadas.

Lo normal es que una mala contestación surja cuando damos una orden, exigimos algo o hacemos alguna petición.

Ponte en el lugar del niño o de la niña: Les exigimos continuamente que hagan cosas que no quieren hacer, y les prohibimos las cosas que si quieren hacer.

Y así, día tras día.

Visto desde fuera, un poco agotador y frustrante si que debe ser…

¿No te lo parece


Piensa en tu reacción cuando o si recibes órdenes, reprimendas, exigencias… y si encima te las dan de malos modos.

¿Tienes ganas de colaborar? ¿agradeces la orden, la reprimenda, así sin decir o pensar nada? ¿O más bien te dan ganas de mandar a esa persona a la m****a?

Aunque sea interiormente, o en voz baja, te quejas.

 

Por qué contestan mal l@s niñ@s. 

 

Cuando un niño te da una mala contestación, lo que hace es expresar rabia, frustración o miedo de la manera que sabe. Y esta manera suele ser inadecuada a ojos adultos.

Obviamente nuestras emociones nos empujan a corregir al niño, a decirle que eso no se dije, que hay que respetar a mamá, que en casa no insultamos…

Sin embargo, desde el enfoque de la Disciplina Positiva y la Crianza Respetuosa, lo que proponemos es otra cosa:

Ir más allá, comprender de verdad el comportamiento, no quedarnos sólo en la conducta sino identificar el origen o la causa de ese comportamiento (no quedarnos en la punta del Iceberg).

 

Recuerda tu objetivo.

 

¿Cuál es tu objetivo ante una mala contestación?

✅ El mío es que, si alguno de mis hijos está expresando sus emociones, aprenda a hacerlo de manera adecuada, sin gritos ni golpes ni malas palabras.

✅ Si quiere que se respete su voluntad, quiero que aprenda a negociar, a llegar a acuerdos, a ser firme con sus ideas pero también respetuoso con las de los demás. Quiero que sepa pelear por lo que es justo, y que no tolere las faltas de respeto. ​​

Pero también se que esto no lo voy a conseguir por las malas. 

No lo voy a conseguir haciéndolo sentir mal, para que «experimente las consecuencias».

Esto solo agrandará el problema, le enseñaré que el más fuerte puede ejercer violencia sobre el más débil o el más pequeño, potenciaré el sentimiento de injusticia, no le estaré enseñando habilidades de ningún tipo, valiosas para la vida.

Estaré perdiendo de vista mi objetivo a medio-largo plazo. 

 

Cómo actuar cuando tu hija o tu hijo tenga malas contestaciones 

Observa la situación con perspectiva

Imagina un día como este: el despertador no ha sonado. El agua caliente no funciona. Se queman las tostadas. La ropa que te ibas a poner ya no te gusta, y tardas más de la cuenta en elegir otra cosa. Te vas a echar crema, y se ha acabado. Ves que todavía siguen en el cesto las 3 toneladas de ropa sucia, que nadie se ha dignado a echar a la lavadora… Y de pronto tu hijo de 5 años se tira la leche encima, ya con la ropa del cole puesta.

Probablemente sueltes una respuesta no precisamente adecuada ¿verdad?

Ahora un día cualquiera. Madrugas demasiado, te acuestas tarde terminando de apañar la casa, limpiando, recogiendo, o trabajando. Vas a la oficina (o teletrabajas) demasiadas horas. Luego vienen los niños y no tienes tiempo para ti. Te pones de mal humor, te dejas llevar por la situación y el exceso de obligaciones, y acabas estallando.  

Cualquiera de los dos ejemplos, pueden ser ejemplos de un mal día. Y sin duda, también los niños tienen días malos.

Además, existen otros motivos por los que tanto nosotros como los niños podríamos responder mal: Si sentimos que algo es una injusticia, si se nos critica, si nos rechazan, si nos etiquetan, si están todo el día dándonos órdenes, si no nos hablan con respeto… 

Nos toca ver la situación con perspectiva, usar la empatía, y darnos cuenta de POR QUÉ nuestro hijo o hija nos está contestando mal.  

¿No te resulta más fácil ahora comprender esa reacción de tu hija o hijo?

Qué hay detrás de la mala contestación (o de cualquier mala conducta).

Una mala respuesta puede esconder un enfado, una llamada de atención, un desacuerdo

En general, las malas contestaciones son la forma de los niños de expresar sentimientos u emociones.

Recuerda el iceberg del que tanto hablamos en Disciplina Positiva:

La conducta (o mala contestación, o mal comportamiento) que ves, es la solución del niño a un problema que no ves. 

Pero los adultos, en general, tendemos a quedarnos en la punta del iceberg, en la conducta, sin darnos cuenta de que hay una base gigante debajo, que es lo que ha motivado esa conducta.

Por tanto, tenemos que bucear (o sacar el pico y la pala) y ponernos a trabajar para identificar qué es lo que ha motivado la mala contestación.

Porque si vamos solo a cambiar su comportamiento, no le estaremos enseñando. Necesitan aprender a gestionar sus emociones, y necesitan que nosotros les enseñemos otra formas de expresarlas.

 

Tomar responsabilidad

La mayoría de malas contestaciones de los niños están motivadas por la forma en que sus padres se han comunicado con ellos.

Demasiadas órdenes, demasiadas exigencias, demasiados NOES.

Eso hace que cualquiera conteste mal.

En general, nuestra manera de comunicarnos con los niños es violenta. Incluye mandatos, reproches, juicios, chantajes, amenazas…

¿Puede ser que cuando tu hijo te esté contestando mal, hayas podido ser debido a tu forma de hablarle primero?  Haz un poco de autocrítica para ver si le estás dando demasiadas órdenes, ha habido exceso de noes y prohibiciones en casa, le corriges demasiado…

 

¿Puede haberlo aprendido de mi?

 

Otra cosa que hay que analizar y tomar responsabilidad es que nosotros somos su modelo de aprendizaje, aprenden del ejemplo.

¿Te has parado a pensar en qué ejemplo de comunicación le estás dando? (Aquí puedes ver el vídeo «Como hablar para que tus hijos escuchen y te hagan caso«, que te ayudará seguro😊 )

Que me puedes decir, ya, pero me ha insultado y yo nunca insulto. O yo no digo palabrotas. O yo no uso esas expresiones.

Vale, tu no, pero puede que si los compañer@s del cole, la televisión, la radio, YouTube… Hay muchos lugares donde los niños, esas grandes esponjas, absorben y hacen suyos tantos y tantos comportamientos.

Nos toca predicar con el ejemplo.

Cuando algo te moleste, díselo con calma, para que tu hij@ aprenda a hacer lo mismo.

 

Conectar antes de corregir.

Esto te lo tienes que grabar a fuego.

Antes de corregir un comportamiento, necesitamos validar sus sentimientos, conectar emocionalmente.

Se trata de hablarle a su hemisferio derecho, empatizar, comprender.

Así, estaremos estableciendo el canal de comunicación adecuado para poder después hablar, corregir, guiar.

Si vas directa o directo a corregir (así no se habla en casa) te vas a topar con un muro y no habrá aprendizaje.

Porque no has conectado.

Los niños, al igual que los adultos, estamos más predispuestos a colaborar y a escuchar, cuando nos sentimos escuchados, comprendidos, validados.

 

¿Y si dice palabrotas? 

 

Este tema surge mucho en los grupos de alumn@s y en la Comunidad Privada CFC…

¿Qué hago si mi hij@ dice palabrotas?

Lo primero, no ponernos nerviosos.

Si es pequeño, no lo hace con maldad o a propósito. Incluso es que ni siquiera sabe qué significa esa palabra. Sólo ve que cuando la dice, causa impacto en los demás. Algunos se ríen, mamá pone cara de susto, papá esconde una carcajada, la profe me regaña, mis compañer@s me imitan…

 

¿Qué hacemos si dice una palabrota?

 

Puedes seguir estos 3 pasos:

  1. Analizar dónde la puede haber escuchado. Si la decimos nosotros, si la dicen los abuelos, si la ha escuchado en la tele…
  2. No reírnos o escandalizarnos.
  3. Usar el sentido del humor: si por ejemplo te dice IDIOTA! tu puedes preguntar ¿has dicho IMBIOTA? tu peque dirá «nooo, IDIOTA». ¿CALCOTA? Y así, hasta que la risa os atrape a los dos.

Después, ya puedes hablar con tu hij@ y explicarle que hay palabras que no es correcto utilizar porque hacen daño, menosprecian, o son desagradables.

Recuerda que es pequeño, y estará un tiempo utilizándola. Mantente en los tres pasos anteriores, y sobre todo:

NO TE LO TOMES COMO ALGO PERSONAL.

Y hasta aquí hemos llegado.

Si te interesa este tema, si quieres que amplíe o profundice… No tienes más que comentar!!!! 👇

Feliz día.

Laura

 

 

 

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