Ya sabéis que en CFC no nos gustan las etiquetas. Es más, para nosotros no hay etiqueta buena (en breve tendréis artículo sobre esto de las etiquetas, por qué no etiquetar y las consecuencias de hacerlo).

 

«Hiperactivo», «retador», «responsable», «inteligente», «pesada», «desordenado», «malo», «inquieto», «antipática», «perezosa», «tímido», «vago», «bueno», «organizada»… Etiquetamos constantemente a los niños, y en la mayoría de ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ello, de tan arraigada que está esta costumbre.

 

Pero lo cierto es que las etiquetas caen como una losa sobre el niño que las lleva, perjudicando seriamente su desarrollo.

 

Hoy he recibido un comentario en Facebook sobre este término cuando hablaba de los niños altamente sensibles, y que podría ser una etiqueta. Y me ha encantado que me lo haya hecho, porque es algo que, aunque me había planteado, todavía no había tenido el momento de analizarlo.

 

Yo no etiqueto a mis hijos, y todavía sufro algunas de las etiquetas que me pusieron de pequeña.

 

¿Y entonces el término PAS es una etiqueta o no lo es?

 

Hasta hace bien poco, el término PAS era desconocido. Sin embargo, cada vez más madres (y padres, no se me ofendan) se preocupan por leer e investigar para dar la mejor educación posible a sus hijos.

 

También el desarrollo personal está haciendo que más y más personas busquen la raíz de sus creencias, de sus comportamientos, de su ser, para crecer, desarrollarse y ser una mejor versión.

 

Gracias a esto, ahora sabemos que la alta sensibilidad existe, y que no es “privilegio” de unos pocos. Sin embargo, esto tiene un peligro, y es que a mayor expansión del término, mayores probabilidades hay de que deje de tener valor o se convierta en un calificativo más sin mayor credibilidad.

 

Todos buscamos entendernos mejor, saber qué nos pasa o por qué nos comportamos de determinada manera. Prácticamente todos hemos sido etiquetados en algún momento de nuestras vidas, y acabamos buscando una etiqueta para todo lo que nos pasa, como si fuera una forma de “justificar” aquello que no nos gusta. El famoso “yo es que soy así”.

 

Eso es un grave error, porque si estarías etiquetándote. Ni todo lo que te pasa es porque eres PAS, ni a todos los PAS les pasa lo mismo. Hay muchos factores que influyen en lo que hoy somos, desde el embarazo de nuestras madres, el parto, nuestros primeros meses en el mundo, la crianza que recibimos en la infancia, el acompañamiento (o no acompañamiento) de nuestras emociones, la adolescencia, las experiencias vividas… querer encontrar la clave de todo en un término es peligroso en sí mismo, porque pierdes la conexión con todo lo que eres, y de dónde nace lo que eres.

 

Entonces, está claro que el término PAS podría ser una etiqueta más, ya que describe las características de una persona, dentro de las cuales cualquier individuo puede buscarse y tratar de “encajar” en el grupo.  ¿Soy lo que soy o soy lo que me han dicho que soy?

Si encima eres de las que fuiste etiquetada en tu infancia, y esas etiquetas (como a mí) te marcaron y determinaron determinadas conductas en tu vida adulta, es muy probable que huyas de este término como si de lava se tratase.

 

 

¿SOY LO QUE SOY O SOY LO QUE ME HAN DICHO QUE SOY?

 

Sin embargo, aunque muchas personas no quieran oír hablar de ser PAS porque lo consideran una etiqueta, un encasillamiento o una simple moda, estoy viendo a diario desde que empecé a escribir sobre esto, que  la mayoría de personas que están descubriendo que son altamente sensibles, reaccionan con un “ahora lo entiendo” o un “por fin se lo que me pasa”.

 

Y esto es una maravilla. ❤

 

Porque ser PAS no tiene por qué ser etiquetarte.  Lo verdaderamente valioso es eso, encontrarte. Descubrir lo que eres y trabajarlo, gestionarlo, para obtener los beneficios de serlo y poder así dárselo a tus hijos.

 

Dejar eso de “es  que yo soy así”, o peor, “es que yo soy PAS” y en su lugar, aprovechar el conocimiento que ahora tienes para desarrollarte más, crecer más, aportar más. A ti misma y a tus hijos.

 

Ser PAS puede ser una etiqueta, pero sólo si descubres que lo eres y no haces nada.

 

Ahora, si descubres que eres PAS, si de pronto entiendes el por qué de muchas cosas, pero no haces nada, entonces querida, si, estás etiquetándote. Nada más.

 

Por tanto, ser PAS es una etiqueta, pero sólo si tu quieres que lo sea. Si no quieres que lo sea, no lo será.

 

Si aprendes de tu alta sensibilidad, buscas enfocarla de forma positiva, aprendes recursos para controlar tus emociones, aprendes a educar a tus hijos aprovechando tus puntos PAS… entonces tu día a día mejorará, te encontrarás mejor que ayer, te habrás transformado. Y si encima esto lo llevas a la crianza de tus hijos… lo que te decía: ¡imparable!

 

Y encima, sin etiquetas jejeje.

 

Con cariño,

Laura

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