Antes de empezar a hablar de rutinas, creo que es muy importante entender la diferencia entre el ritmo evolutivo de los niños y los ritmos diarios o rutinas.

 

A veces confundimos el ritmo evolutivo del niño con sus ritmos diarios o rutinas en casas. Cada niño es distinto, pongamos el ejemplo mis hijas, nacidas el mismo día con una diferencia de un minuto y medio.  Podríamos pensar que su ritmo es idéntico ¿no? Las dos criadas con lactancia materna, mismos estímulos… pero una dormía bastante y la otra nada, una gateó pronto, y la otra tarde, una empezó a andar con 13 meses y la otra con 18… cada una llevó un ritmo diferente, y a esto nos referimos con respetar el ritmo evolutivo, no forzar a hacer aquello para lo que no está todavía preparado.

 

Que haya cumplido «x» años no significa que ya sepa hacer (o sea capaz de hacer) todo lo que “supuestamente” puede hacer conforme a tablas de edades, que seguramente habréis visto por ahí.

 

Pero cuidado, respetar el ritmo biológico o evolutivo del niño no significa aceptar todas las decisiones que nuestro hijo pueda o quiera tomar. Debemos respetar en todo momento sus necesidades primarias, está claro, y fomentar su capacidad de tomar decisiones, pero no de cualquier forma. Por ejemplo, si quiere ir andado por el borde de la calle, justo por donde pasan los coches, no se lo vamos a permitir, pero si vamos a respetar su deseo de ir caminando en vez de ir en el carro. ¿Veis la diferencia? Porque respetar los ritmos de los niños no es consentir siempre lo que quieren, es ser sensibles y conscientes de sus necesidades y crear las condiciones externas adecuadas para poder satisfacerlas.

 

Otra cosa distinta son las rutinas. Las rutinas marcan los ritmos diarios en casa o en el cole.

 

Las rutinas son comportamientos que realizamos en el mismo orden cada vez que hacemos una actividad: por ejemplo, ponernos colonia, coger las llaves y el bolso, dar un beso a nuestra familia, abrir la puerta y salir de casa. Eso es una rutina. Todos tenemos muchas rutinas aunque no nos hayamos parado a reflexionar acerca de ellas.

Con esta situación de confinamiento y ausencia de colegio, Luis y yo nos planteamos poner más atención al ritmo diario y a las rutinas. Estas primeras semanas de cuarentena, los peques se acostaban cuando le venía el sueño, que podía ser a las 22.00 de la noche o  la 1 de la madrugada. Tampoco tenía una hora fija para levantarse. Los días han estado fluyendo, con unas rutinas más o menos existentes, pero sin ninguna fuerza.  La verdad es que simplemente nos dejábamos llevar por lo que nos iba apeteciendo y por las necesidades de cada situación.

 

Ojo, que creo que esto ha sido necesario para todos, para entender e interiorizar la situación que estamos viviendo, y que los niños se hagan a ella de la mejor manera posible.

 

Sin embargo, viendo que la situación va para largo, ya nos toca poner un poquito de orden en casa, porque lo necesitamos  tanto a nivel físico como psíquico y emocional.

 

Por qué son importantes las rutinas

 

Las rutinas son fundamentales para un buen desarrollo del niño, y para el buen clima familiar.

Ayudan a orientar a nuestros hijos y crean seguridad en relación a su entorno y a sí mismo, puesto que comprende los ritmos tanto biológicos como los familiares. También  le ayudan a saber qué va a ocurrir a continuación, es decir, facilitan las transiciones de una rutina a otra, lo que nos ayudará a reducir y prevenir rabietas. Y además, creará un orden mental y emocional para todos los miembros de la familia.

La falta de rutinas se nota a nivel emocional. Hay más descontrol, más conflictos con las transiciones de una actividad a otra, e incluso más irritabilidad y falta de paciencia., lo que acaba generando frustración (y cierta culpa) por no haber conseguido hacer lo que querías hacer. A mí me pasaba cuando de pronto me daba cuenta de que no se habían duchado y ya era la hora de la cena…

 

 

¿Qué claves imprescindibles deberíamos tener en cuenta para establecer las rutinas?


Tratar de seguir un orden en sus hábitos: Aquí lo importante es el orden de las rutinas, no tanto los horarios, que pueden ser flexibles, pero el orden es lo que va a permitir a tu hijo conocer lo que viene después y así, facilitar las transiciones (que suelen  ser conflictivas, porque si se lo está pasando bien haciendo lago, es más que probable que no quiera dejar de hacerlo).

-La constancia: Lo más difícil es ser constantes con las rutinas. Y es que nuestras prisas, las responsabilidades o el estrés hace que nos saltemos algunos pasos o que hagamos otros deprisa y corriendo, y al final, somos nosotros, los adultos, los que no somos constantes, y acabamos haciendo un lío a nuestros hijos.  Es normal que algún día lleguemos agotados del trabajo y dejemos la ducha para otro día, pero debe ser algo esporádico y por supuesto, no  meter prisa a tus hijos porque se te haya echado a ti el tiempo encima. Ellos tienen su propio ritmo, que es muy distinto al nuestro, y no podemos pretender (u obligar) a que ellos se adapten.

-Anticipar las transiciones: Antes de empezar alguna actividad, anticípate y dile el tiempo que va a durar, o avisa 5 minutos antes de que acabe cuál va a ser la siguiente tarea.  Según vaya tu hijo interiorizando las rutinas, ya no será apenas necesario (también teniendo en cuenta que ya será más mayor…).

 

En casa utilizamos una herramienta súper útil: el cuadro de rutinas.

 

Es una herramienta que facilita muchísimo las transiciones (en otro artículo os contaremos otra herramienta maravillosa para las transiciones: el ritmo cíclico). Les proporciona mucha autonomía a nuestros peques (ellos deciden y hacen las cosas por sí mismos, la mayor parte del tiempo) y nos está evitando bastantes conflictos.

El cuadro de rutinas lo elaboramos juntos. Esto es fundamental para que el niño sienta que ha participado, que ha decidido y por tanto, que tenga interés por utilizarla. En una reunión familiar hicimos una lista de rutinas, las escribimos en orden, y los niños hicieron dibujos al lado que representara cada una. Ahora estoy haciéndoles fotos para ponerlas en cada apartado, y así se ven a sí mismos haciendo la tarea (poner la mesa, lavarse los dientes, peinarse, vestirse…).

 

¿CÓMO NOS AYUDA EL CUADRO DE RUTINA A EVITAR CONFLICTOS?

-Cuando por ejemplo no quiere vestirse, y tenemos que irnos al cole, le pedimos que vaya al  cuadro de rutinas para ver qué toca, y entienda por qué es necesario que se vista.

-Cuando alguno no tiene claro qué hacer, se aburre… va al cuadro de rutinas para ubicarse. Por ejemplo, puede ver que queda poco para la hora de comer, y puede aprovechar para hacer algún dibujo, jugar al virus o hacer una construcción.

-Cuando no quiere cambiar de actividad le pedimos que mire en el cuadro de rutinas qué actividad toca y le proponemos hacer el “juego de transición” (ahora os cuento qué es eso).

-Es una herramienta genial para que entiendan cuánto tiempo tienen disponible para hacer alguna actividad que les guste antes de pasar a la siguiente, y evita muchos conflictos o peleas innecesarias porque “pierden tiempo discutiendo, cuando podrían estar jugando” (palabras de Pablo a sus hermanas :))

Os he mencionado el “juego de transición”. Os explico qué es. Entre actividad y actividad hacemos unjueguecito (nosotros usamos el de manos de “en la calle 24”) o un escondite rápido, o una partida de doble. Algo sencillo que ayude a que el cambio no sea brusco, y por supuesto, que no sea con gritos o tener que repetir 10 veces lo mismo.

 

 

Es importante no confundir rutinas con horarios

La rutina es simplemente una secuencia de conductas (baño, cena, dientes, cuento y dormir), y el horario implica un momento concreto en el que hacer cada una de esas conductas (20:00 el baño, 20:20 la cena, 20:45 dientes, 20:50 cuento y 21:00 dormir. Ya os decía antes que a nosotros nos gusta establecer las rutinas, pero no los horarios, ya que no vemos que nos aporte nada positivo pero si gran cantidad de estrés (porque vemos que no llegamos o que nos pasamos de hora y frustración (porque no hemos conseguido ajustarnos a nuestros propios horarios).  Flexibilidad es la palabra. No hace falta perder la cabeza, convertirnos en esclavos de nuestras propias rutinas y horas, y pretender que cada día hagamos lo mismo, a la misma hora y de la misma manera. Nadie lo hace porque no es posible, pero si que debemos generar cierta seguridad en nuestros hijos y esto lo conseguimos con las rutinas.

 

Otra cosa a tener muy en cuenta: como todo en la crianza, no hay una rutina universal que funcione con todos los niños del mismo modo, ni para el mismo niño durante toda su infancia. Cada uno tiene un ritmo diferente, por lo que a la hora de establecer esas rutinas diarias será importante tener muy en cuenta esos ritmos y necesidades individuales de cada niño. Lo que funciona a unos no tiene por qué servir a otros, y si queremos que estas rutinas les ayuden a seguir sus ritmos, deberemos tenerlos en cuenta, no sólo las necesidades o comodidad de “los mayores”.

 

El cuadro de rutinas lo revisamos en nuestras reuniones semanales y si hay rutinas que se deben cambiar o cosas que vemos que no funcionan en un orden concreto las modificamos.

 

¡OJO! QUE NADIE ESPERE MILAGROS

La tabla de rutinas no sirve para eliminar cualquier tipo de conflicto con el día a día con tus hijos, ni tampoco es su objetivo. Recuerda que en la crianza no hay varitas mágicas ni recetas que hagan que desaparezcan los conflictos. Y es eso ni siquiera es positivo porque recuerda que los conflictos son necesarios para el aprendizaje de nuevas habilidades. La crianza respetuosa es una crianza a largo plazo, y con la tabla de rutinas, ayudamos a los niños a centrarse, a ser más autónomos, a reducir conflictos (no eliminarlos), a que sean más independientes…  Lo que os ofrecemos son herramientas para que los niños tengan seguridad y más autonomía, y para que podamos establecer con ellos relaciones más horizontales y respetuosas.

 

No olvidéis contarnos en comentarios qué os ha parecido la idea de las rutinas, y cómo lo hacéis vosotras en casa.

 

con cariño,

Laura & Luis

Desafío CFC

4 días para que tus hijos

TE HAGAN CASO

SIN GRITAR, CASTIGAR O AMENAZAR

Del 6 al 9 de Mayo

¡Oferta Black Friday!

60% descuento

Formación CFC
Self Study

(Hasta el jueves 30 a las 23:59)

¿Te podemos ayudar?