Estamos viviendo una situación excepcional.

Cualquiera que tenga niños pequeños sabe que tenerlos encerrados un día en casa es un auténtico desafío. Y si en vez de uno, son quince… entonces ya puede convertirse en locura. Y es aquí donde nos encontramos. En una cuarentena por ahora de 15 días, pero que en opinión de muchos (y que yo comparto) va a ser sine die… no sabemos cuánto va a durar. Sólo tenemos que ver las experiencias de Wuhan y de Italia para darnos cuenta de la gravedad y de los efectos que está provocando en la sociedad.

Precisamente, esta situación puede tener un impacto muy potente en la sociedad, y en concreto en padres, madres… y en los niños.

Aunque los niños son más resistentes a los efectos que una cuarentena puede tener en un adulto, no significa que no lo vayan a sufrir.

El aislamiento, la falta de juego al aire libre, falta de ejercicio físico, falta de contacto con otros niños, puede suponer situaciones de más rabietas, frustración, peleas entre hermanos, y acabar afectando al estado de ánimo de los más pequeños.

A esto se suma el estado de nerviosismo e incertidumbre de sus padres. Por mucho que queramos disimular, la tensión se contagia, se transmite. El cambio de rutinas, las noticias en la tele o en la radio… para ellos, escuchar “coronavirus” pasa de significar vacaciones, a significar miedo. Y esto acaba teniendo un gran impacto emocional en los niños.

Vamos a daros algunas claves y medidas básicas para ayudar a vuestros hijos en este proceso.

Aunque en un primer momento, los niños vean esta situación como algo emocionante, ya que no tienen cole y sus padres están la mayoría en casa (teletrabajando, aunque ellos no lo entiendan), es más que probable que esta sensación de vacaciones desaparezca y empiece a generarse cierto caos en casa.

Salir de casa, estar en un entorno escolar con más niños, rutinas y actividad física son necesidades básicas de los niños, y cuando no están cubiertas, surgen los problemas.

Por ejemplo, los niños más “movidos”, inquietos… pueden experimentar más rebeldía, más insatisfacción y más inquietud. Y la mayoría de los niños experimentará falta de estructura, aburrimiento, cambios de humor y peleas. Muchas peleas.

Los niños más sensibles pueden experimentar pesadillas o terrores nocturnos motivados por la acumulación de estrés emocional durante el día, pueden mostrarse más llorosos y con menos tolerancia a la frustración o a las negativas.

Y a casi todos, les va a costar expresar sus sentimientos acerca de este virus.

 

¿Cómo los podemos ayudar?

 

Establece una rutina diaria

Los niños necesitan rutinas, y con el colegio, esta necesidad suele estar cubierta. Por eso en casa es importante no olvidar de establecer una serie de rutinas que van a ayudar a establecer un cierto orden dentro de la situación de no poder salir apenas de casa.

Las rutinas otorgan al niño seguridad, sabe qué va a ocurrir y favorece que estén más tranquilos (y por ende, nosotros también estaremos más tranquilos).

Un ejemplo de rutina podría ser esta que os dejo aquí. Es la que tenemos nosotros para un día cualquiera de esta cuarentena forzosa:

 

  • Preparamos el desayuno y desayunamos juntos
  • Recogemos el desayuno
  • Hacemos repaso a la casa (camas, recoger juguetes, papeles…). Otro día será limpieza.
  • Juego libre para los niños, teletrabajo para los padres.
  • Trabajo (deberes los niños, trabajo los padres)
  • Hacemos la comida y comemos.
  • Siesta/descanso/película
  • Tiempo especial/juego en familia
  • Leemos cuentos
  • Ejercicio (en la calle si tienes espacios abiertos, en casa si no los tienes)
  • Baño-ducha
  • Cena
  • Cuento
  • Película y a dormir.

 

Como veis, no he puesto horas. Lo he hecho a propósito porque a mi no me gusta fijar horas para todo (ej. de 9 a 9:30 desayunamos). Lo hago así porque esto no es fijo. Habrá días en que yo tenga que dedicar más tiempo al trabajo y por tanto, necesite la colaboración de los peques (a veces, me tocará recurrir a más televisión para conseguirlo). Habrá días que dediquemos más tiempo a jugar, y otros menos…

Lo importante es que cada día, los niños sepan lo que les toca. Si no, empieza el caos, y de este caos es difícil salir, os lo aseguro.

 

Flexibilidad

No somos robots, y todos estamos viviendo una situación extraordinaria. Por tanto, un cierto grado de flexibilidad es necesario.  Habrá días que podamos seguir el cuadro de rutinas, otros que no, otros que habrá más tele, y otros que aprovechemos para salir a la naturaleza…

 

Responsabilidades

Además de rutinas y de flexibilidad, los niños necesitan adquirir responsabilidad y autonomía para no depender de sus padres en todo y para todo. Esto no se adquiere de la noche a la mañana, pero podemos empezar ya a trabajar con ellos.

Recoger la ropa doblada, poner y quitar la mesa, preparar el desayuno, meter las cosas en el lavavajillas… son tareas en las que los niños, incluso los muy pequeños, pueden colaborar.

El truco: que sea un juego, no una imposición. Si nos ponemos a exigir e imponer, con la tensión que ya de por sí hay en casa, nos va a salir el tiro por la culata y tendremos una lucha de poderes de las importantes.

Así que simplemente pide ayuda, reparte tareas, y déjales asumir responsabilidad y autonomía, aunque lo hagan mal. Y si lo hacen mal, quédate con que lo han hecho, valora el esfuerzo, no el resultado.

 

Manualidades

Este tipo de juegos, los que llamamos “para adentro”, ayudan a establecer conexión con uno mismo y con los demás, favorecen la concentración, la creatividad, y libera estrés. Aprovecha para pintar, dibujar, hacer arcilla o barro con tus hijos. Os liberará a todos del estrés y la tensión.

Incluso puedes aprovechar el dibujo para hablar con tus hijos sobre cómo se sienten, si están preocupados, nerviosos… porque son momentos de calma e introspección que ayudan a liberar esos sentimientos y ponerlos en palabras.

 

Música

Buscad ratos para poner la música alta y bailar como locos. Utiliza canciones para pasar de una rutina a otra, sobre todo con los niños más pequeños.

En youtube puedes encontrar canciones de la pedagogía waldorf que son geniales para los más pequeños.

 

Televisión, tablet…

Es cierto que solemos decir que el uso de dispositivos debe estar limitado y controlado… pero ahora, en esta situación de confinamiento, pueden ser nuestro gran aliado.

Por la mañana, aprovecha que están cargados de energía para jugar y fijar rutinas. Pero por la tarde, que ya están más cansados, puedes hacer sesión de películas, sesión de series o de dibujos, para bajar un poco el estrés y que la cabeza se libere un poco…

Eso sí, procura no ver las noticias delante de los niños. Las imágenes que muestran y el contenido de las noticias, no son aptos para los más pequeños y pueden generar mucho más miedo y estrés del que ya tienen.

 

Autocuidado

Si ya de por sí es importante cuidarnos, ahora más que nunca es tu obligación, como madre o padre, hacerlo.

Medita, haz yoga, prepara una tabla de ejercicios que puedas hacer en el salón. Por ejemplo, Luis y yo hacemos una tabla de media hora por las tardes en el salón, y los niños se suelen apuntar (así, ellos también hacen ejercicio). Y cuando hago yoga, las niñas se vienen conmigo y practican conmigo. No es lo mismo que hacerlo sola, lo sé ¡pero mejor eso que nada!

 

Tomar el control y enfocarse en soluciones

En esta situación que vivimos va a haber muchos conflictos, muuuuuuchos conflictos. Entre los niños, entre nosotros… estamos más tensos y más irritables, nosotros y ellos.

Intenta ser tolerante y compasiva contigo misma y con los niños, ofréceles alternativas para salir del enfado, y enfócate en soluciones.

Toma el control de la situación, y si ves que cada día hay más peleas, busca a ver qué falta (puede que falte juego, compañía, ejercicio…) e inclúyelo en la tabla de rutinas.

 

Haz planes especiales

Haz planes especiales con tus hijos: un picnic en el salón, dormir todos juntos, hacer una cabaña en el salón y contar historias, hacer una pizza juntos, noche de peli, disfrazaros toda la familia, hacer una obra de teatro y grabaros, karaoke… buscad un plan especial para cada día, que participen los niños en una lluvia de ideas, y cada noche planificad un plan especial para el día siguiente.

 

Espero que estas ideas os ayuden a sobrellevar el estado de alerta que nos ha provocado el coronavirus, y que los días que estemos confinados, sean más llevaderos e incluso, podáis disfrutar de ellos.

 

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